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Mostrando entradas de marzo, 2022

LAS VOCALES DE COLORES

LAS VOCALES DE COLORES Perdonad que os hable de mí mismo. Hace días me sucedió una cosa extraña. Estaba después de comer en mi cuarto, cuando me llamaron desde el gabinete en donde se encontraban mi madre, mi hermana, mi hermano y dos amigos, uno estudiante de medicina y el otro teniente de ingenieros, los cuales responderían de la veracidad del hecho que voy a referir. —Vamos a ver—me preguntó al entrar mi hermano de repente. —¿A ti de qué color se te representa la le­tra A? —¿Cómo de qué color? —Sí; ¿Qué color te viene a la imaginación cuando se pronuncia A? —Pues así... una cosa clara..., algo blanco, —¿Y la E? —Amarillo. —¿Y la I? —Rojo. Cuando dije esto, y lo dije no sé por qué con ver­dadera seguridad, se miraron unos a otros con asombro. —¿Y la U? — Siguió preguntando mi hermano. —Azul... o violeta. —¿Y la O? —Pardo... Obscuro... Una cosa así. —Pues los tres hermanos habéis asignado a cuatro vocales los mismos colores—dijo el estudiante asom­brado. En la O tú has contestado pard...

Los mártires de Quintuelles

  LOS MÁRTIRES DE QUINTUELLES A romería más sonada en Fabricia y sus contornos era la romería de los Santos Mártires de Quintueles. La capilla está enclavada en lo alto de un monte, allí, donde trepan las cabras, por senderos inviolados de pisada humana. El árgoma y el helecho ornamentaban aquella arquitectura salvaje, primitiva, sin huellas de civilización. Subir a la ermita en una florida tarde de junio, cuando el sol se desmayaba entre celajes áureos, era empresa tan tentadora para cualquier mozo o moza de aquellos andurriales, que se juzgarían indignos de habitar en aquellas breñas si un solo año faltasen a la romería. Era menester no tener en las venas pizca de sangre cantábrica, no haber bailado jamás el xirigüelo ni haber hecho corro en la danza prima, para no saborear el encanto de aquella romería perfumada de amor y de tomillo. A la mañanita, cuando ya el sol asomaba su cara burlona sobre el monte, sonaba la diana. y veíase al gaitero haciendo prodigios con su fuelle, m...

Mister Flood's party

Mister Flood's party Edwin Arlington Robinsón Old Eben Flood, climbing alone one night Over the hill between the town below And the forsaken upland hermitage That held as much as he should ever know On earth again of home, paused warily. The road was his with not a native near; And Eben, having leisure, said aloud, For no man else in Tilbury Town to hear: "Well, Mr. Flood, we have the harvest moon Again, and we may not have many more; The bird is on the wing, the poet says, And you and I have said it here before. Drink to the bird." He raised up to the light The jug that he had gone so far to fill, And answered huskily: "Well, Mr. Flood, Since you propose it, I believe I will." Alone, as if enduring to the end A valiant armor of scarred hopes outworn, He stood there in the middle of the road Like Roland's ghost winding a silent horn. Below him, in the town among the trees, Where friends of other days had honored him, A phantom salutation of the dead Rang t...